Comentario
De la riqueza que contenían las iglesias medievales y del afán de atesorarla para gloria de Dios, la actividad de Suger (1082-1151), abad de Saint-Denis, amigo y consejero de Luis VI, nos suministra una amplia información. La célebre abadía concita en su entorno un número considerable de orfebres, no sólo de la Isla de Francia, sino de todos aquellos lugares donde florecen determinadas especialidades. En este sentido las obras de Suger adquieren una especial relevancia como muestra significativa del arte selecto de una época.
Entre las obras conservadas de este tesoro de Saint-Denis, destaca, como obra maestra de la orfebrería románica, un vaso de pórfido y plata dorada con forma de águila. El naturalismo de la obra de metal, tanto en el tratamiento de las plumas como en la expresión de la cabeza, denuncia una recuperación de la plástica antigua y un gran virtuosismo en la factura y la técnica por parte del orfebre.